Cuando Salvador Allende - un marxista comprometido - perdió por sólo tres puntos las elecciones presidenciales chilenas en 1958, los Estados Unidos decidió que el resultado de las próximas elecciones, a realizarse en 1964, no podía dejarse en manos del azar ni de la democracia.
Washington lo tomó con mucha seriedad. Por ello, a comienzos de la administración de Kennedy, en 1961, se creó un comité electoral, compuesto de altos oficiales del Departamento de Estado, la CIA y la Casa Blanca. En Santiago en tanto, se formo un comité paralelo compuesto por miembros de la embajada de EE.UU. y de la CIA. Leer Artículo
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